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“Nuestras enfermeras. Nuestro futuro. Cuidando de las enfermeras, fortalecemos la economía”, es el lema establecido para el Día Internacional de la Enfermería de 2025, puesto que este tema subraya la importancia fundamental de la salud y el bienestar del personal de enfermería como pilares para el funcionamiento de los sistemas de salud a nivel mundial. Los enfermeros y enfermeras enfrentan diariamente múltiples desafíos: físicos, mentales, emocionales y éticos, por lo que abordarlos de manera integral es crucial para promover su bienestar general.
El tema propuesto por el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) ofrece una oportunidad para poner en primer plano soluciones prácticas que ayuden al personal de enfermería en su trabajo y mejoren su salud a largo plazo. Además, refuerza el llamado del CIE a que todas las organizaciones y gobiernos valoren, protejan, respeten e inviertan en los enfermeros y enfermeras para lograr un futuro sostenible para la enfermería y los cuidados de salud.
La función principal de enfermería está encaminada a cuidar a las personas desde sus dimensiones biológicas, psíquicas, culturales, sociales e históricas, respetando su individualidad y logrando una atención integral. Los profesionales deben brindar cuidados humanos, cálidos, sensibles, personalizados y profesionales, logrando que el paciente aumente su armonía entre mente, cuerpo y alma.
No obstante, para lograr la atención humanizada, se enfrentan desafíos como el aumento de enfermedades epidémicas, las jornadas laborales extensas, la delegación de tareas biomédicas, el incremento de actividades administrativas, el agotamiento emocional y la escasa capacitación en competencias emocionales y de comunicación. Aunque las investigaciones generalmente reportan resultados satisfactorios en cuanto al cuidado humanizado, aún perduran insuficiencias, lo que demuestra la necesidad de una práctica más humanizada en las relaciones enfermero-paciente. La humanización en los centros de salud sigue siendo una necesidad que los pacientes requieren como parte de su derecho.
Concientizar sobre prácticas de salud humanizadas en la relación entre el profesional de enfermería y el paciente implica promover una atención centrada en la dignidad, el respeto y la empatía. Para lograrlo, es necesaria una formación integral de los estudiantes, seguida de una formación continua en aspectos antropológicos, éticos y valóricos, centrados en la persona humana.
La jefa de la carrera de Enfermería, Sara Macaya señaló que “esto puede realizarse mediante actividades que refuercen la comunicación empática, la escucha activa y el manejo emocional, así como a través de simulaciones clínicas con enfoque humanizado que permitan practicar situaciones reales”.
En los centros de salud, se pueden difundir mensajes clave sobre el trato digno y respetuoso mediante carteles, folletos y videos educativos que visibilicen estas buenas prácticas. También es posible promover la reflexión personal y grupal en espacios de encuentro interdisciplinario, donde se analicen situaciones complejas de enfermería y se compartan experiencias. “Es fundamental fomentar una cultura organizacional basada en el respeto y la empatía desde los niveles directivos, además de crear protocolos que incorporen principios humanizados y mecanismos de evaluación del trato al paciente”, indicó Sara Macaya.
Para una relación humanizada se debe involucrar al sujeto de cuidado: el paciente y su grupo familiar. Es importante que el paciente participe en la evaluación de la calidad del cuidado y que se mantengan canales de comunicación abiertos para expresar necesidades, dudas o quejas de manera segura. Estas prácticas ayudan no solo a mejorar la calidad de la atención, sino también a fortalecer el vínculo terapéutico y la satisfacción tanto del paciente como del profesional.